POEMA II
Fantasmas
Deambulan ocultos,
ya sea a la sombra de la luz,
o en la maleza de nuestros sueños.
Dudas y preguntas
que azotan nuestras mentes,
como el viento azota el mar,
y el mar la tierra.
Se alimentan de nuestras debilidades,
y sacian su sed,
con el dolor de nuestras heridas.
No conciben el alma liberada,
la acechan y acorralan,
como perros a la presa,
que aterrada siente,
como sus dientes sesgan
el hilo que la une a la vida.
Hoy, hastiado de tanto dolor,
he comprendido que sólo mueren,
bajo el peso del deseo.
Fantasmas
Deambulan ocultos,
ya sea a la sombra de la luz,
o en la maleza de nuestros sueños.
Dudas y preguntas
que azotan nuestras mentes,
como el viento azota el mar,
y el mar la tierra.
Se alimentan de nuestras debilidades,
y sacian su sed,
con el dolor de nuestras heridas.
No conciben el alma liberada,
la acechan y acorralan,
como perros a la presa,
que aterrada siente,
como sus dientes sesgan
el hilo que la une a la vida.
Hoy, hastiado de tanto dolor,
he comprendido que sólo mueren,
bajo el peso del deseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario