... no hace mucho, invitamos a unos amigos a cenar a casa... Rinnng, Rinnng, hola, muaaa, muaaa, ji, ja, gluuu, gluuu, ñamm, ñamm yyyy, oh! sorpresa, me regalaron una cámara fotográfica, más concretamente una Fisheye 2...
... y bien, diréis muchos... pues que días después me lo pasé muy bien, os explico:
Primero cargué la película, una ilford 50 ISO (a pesar de que recomiendan una 400), por cierto, toda una sensación después de tanto tiempo enganchado a la digital. Acto seguido, me dejé llevar por la no tecnología y el placer de la improvisación y decidí fundir los 36 disparos que me ofrecía el momento, disfruté leches, vaya si disfruté..
Sólo mi dedo y un botón me separaban de la lujuria, del éxtasis, del nirvana; y bien... seguiréis pensando muchos, pues que aunque soy consciente de que en muchas ocasiones un buen equipo ayuda, no menos cierto es, que nos estamos dejando comer el coco, por ccds, cmos, píxeles, megas y demás mandangas y estamos perdiendo de vista esa cierta inocencia que en muchas ocasiones tan buenos resultados nos ha dado, en fin, que sin querer crear verdades absolutas, miremos la cantidad ingente de imágenes que se crean y valoremos si el nivel, ya no sólo técnico si no también creativo, está a la altura del nivel tecnológico, y si vuestra respuesta es negativa, reflexionar porqué, que es lo que falla, si es que algo falla...
El sol desintegraba,
y el aire asfixiaba,
nunca sabré si fue mi mente
o un segundo paralelo a mi tiempo,
pero el me juró que era inocente.
También me dijo estar cansado
de esa inamovilidad de dos mil años,
hastiado de ver pasar las nubes,
de que los pajaritos ensucien
su mítica atalaya...
Poco podía yo hacer, le comenté;
le invité a un cigarro
y seguí escuchando sus palabras.
El sol no perdonaba,
y el aire quemaba...
Primero cargué la película, una ilford 50 ISO (a pesar de que recomiendan una 400), por cierto, toda una sensación después de tanto tiempo enganchado a la digital. Acto seguido, me dejé llevar por la no tecnología y el placer de la improvisación y decidí fundir los 36 disparos que me ofrecía el momento, disfruté leches, vaya si disfruté..
Sólo mi dedo y un botón me separaban de la lujuria, del éxtasis, del nirvana; y bien... seguiréis pensando muchos, pues que aunque soy consciente de que en muchas ocasiones un buen equipo ayuda, no menos cierto es, que nos estamos dejando comer el coco, por ccds, cmos, píxeles, megas y demás mandangas y estamos perdiendo de vista esa cierta inocencia que en muchas ocasiones tan buenos resultados nos ha dado, en fin, que sin querer crear verdades absolutas, miremos la cantidad ingente de imágenes que se crean y valoremos si el nivel, ya no sólo técnico si no también creativo, está a la altura del nivel tecnológico, y si vuestra respuesta es negativa, reflexionar porqué, que es lo que falla, si es que algo falla...
El sol desintegraba,
y el aire asfixiaba,
nunca sabré si fue mi mente
o un segundo paralelo a mi tiempo,
pero el me juró que era inocente.
También me dijo estar cansado
de esa inamovilidad de dos mil años,
hastiado de ver pasar las nubes,
de que los pajaritos ensucien
su mítica atalaya...
Poco podía yo hacer, le comenté;
le invité a un cigarro
y seguí escuchando sus palabras.
El sol no perdonaba,
y el aire quemaba...
no et reconet, pep
ResponderEliminarets tú. je je.....
ojo amb el cocodrill
lluís
Yo sí que te he reconocido. Y no es un cocodrilo si no un tiburón de retrete... muy peligrosos por cierto. Un saludo de un colega.
ResponderEliminartendrias que traer un dia esa cámara para que la veamos.
ResponderEliminarMe gusta mucho.
Querido papa noel si visitas este blog, traeme una, ya te la pago, bueno... no se, tu tienes targeta oro, ¿no?