... BUSCANDO DIFERENCIAS

En fin, si hay alguien ahí afuera que sigue mi blog, habrá observado que durante una semana no he colgado nada (intento como mínimo poner un par de cosas por semana), pero como en casi todo, hay una explicación, unos días de vacaciones con mi mujer, eso está bien, ¿o no?.

¿El lugar?,

Valencia, interesante ciudad, tanto su casco antiguo como lo más moderno.

...Ya, ya, y esta foto... no sé, me gusta....

Entre plato y plato, edificio y edificio, entre hotel y cine, calle y calle, un par de cosas a resaltar.
Por un lado, tres exposiciones, dos en el Ivam , Carmen Calvo y Jaume Plensa, y otra que no es para menos, de Joaquín Sorolla en el Centre Cultural de Bancaixa.

Excultura de Plensa en el Ivam

Y por otro lado , una visita a la Ciutat de les Arts i les Ciències,

y a su increíble acuario.

Y aquí es exactamente, donde nace mi reflexión.

¿Dónde están las diferencias?

Mirad atentamente estas dos fotos
y dejad que vuestra mente sienta.
No es en lo que veis donde se esconde la respuesta,
sino en aquello que no veis.

Visualmente, en ambas podemos diferenciar tres partes importantes. Una, el agua, elemento de vida, azul profundo del cual emana movimiento y silencio. En segundo lugar, la "people", como no, sin ella, de bien seguro que este nuestro mundo no se asemejaría tanto a un circo. Y en tercer lugar, los protagonistas, dos animales, mamíferos ambos, uno terrestre y otro marino, uno, teóricamente muy, pero que muy inteligente y el otro no tanto. En fin, hasta aquí, lo que creemos evidente, pero ahora, prestemos atención a un cuarto elemento, un algo que aunque no se ve ni se oye, no se toca ni se degusta, y tampoco se huele, sí se siente, y de que manera, omnipresente, con una fuerza tal, que si uno le abriera su corazón, esta se lo desgarraría sin piedad. ¿Lo adivináis?, la pena de perder algo muy importante, algo por lo que muchos han luchado, os suena lo de libertad...

El qué y el porqué ese hombre está ahí no es la cuestión, pero de bien seguro que no lo pillaron por la noche en su cama, le colocaron un traje de neopreno, una botella de oxígeno, y lo lanzaron a la piscina sin más, no, incluso diría que se sabe protagonista, todo el mundo mirándolo y haciéndole fotos (yo el primero), y además cobrando, y cuando acaba, sencillamente se va. Pero y a ella (la beluga, ese es el nombre de ese hermoso mamífero ártico), alguien le preguntó, alguien le explicó, seguro que no, y ahora sólo hay que verla, dando vueltas y más vueltas en ese ridículo y patético trozo de algo que se quiere asemejar a un mar, pérdida en la inmensidad de sus sueños, a saber, recordando inmensos mares, hermosas puestas de sol, y como no, la belleza de la aurora...

A la pregunta de si hay necesidad de tener a este y a otros tantos miles de animales encerrados, de bien seguro que más de uno me daría mil respuestas, pero, y si un animal nos preguntara el porqué de tanta salvajada, seríamos capaces de darle una sola respuesta mínimamente aceptable...